Pisando el mismo asfalto que Alonso…
También podría llamarse «la fábrica de sueños», en ese alejado circuito de Karts entre Oviedo y Gijón, es donde Fernando Alonso aprendió a no mirar por el retrovisor -;). Por cierto, la están comentando aquí.
También podría llamarse «la fábrica de sueños», en ese alejado circuito de Karts entre Oviedo y Gijón, es donde Fernando Alonso aprendió a no mirar por el retrovisor -;). Por cierto, la están comentando aquí.