Hoy ordenando un poco la habitación de los trastos, me ha dado por abrir la caja de mi iBook. He tenido unos cuantos flashes…
Todavía resuena en mi cabeza la frase de Oreixa «Cuando abras la caja de tu iBook tómatelo con calma, piensa que es como un buen vino, saboréalo».
Imagino que en ese momento, yo pensaba que Oscar había tomado alguna extraña sustancia que gobernaba su voluntad, luego entendí en parte el por qué…
Recuerdo que venía instalado con Panther, la guerra que me dio instalar Ubuntu y que todo rulase más o menos bien, también a mi colega Naveiras echándome un cable.
No tenía ningún «miedo al cambio», por aquél entonces mi viejo portátil, un Ahead que salió más malo que la madre que lo ensabló -;), tenía instalado un Fedora Core y un XP para la movida gráfica, lo vendí y me dije «puedo hacer lo mismo con el Mac, seguro». No me equivocaba, lo mismo y más ;D.
Luego llego Tiger y pasé a Debian, caña, mucha caña y horas y horas trabajando (pull) a un ritmo infernal (/pull), hoy, después de 32 meses con mi iBook sólo puedo decir que es el mejor hardware que he podido tener.
Si, he tenido que cambiar una batería en todo este tiempo y las teclas A, S y la E al igual que la O se han borrado, salvo eso y un problema con el micro integrado y la unidad combo CDRW que me cambiaron en garantía…nada de nada.